680 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
682 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
684 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
686 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
688 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
690 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
692 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
694 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
696 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
698 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
700 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
702 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
704 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
706 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
708 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
710 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
712 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
714 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
716 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
718 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
720 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
722 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
724 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
726 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
728 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 729
730 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 731
732 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 733
734 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
736 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio pro Gentium Evangelizatione 737
738 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio pro Gentium Evangelizatione 739
Acta Francisci Pp. 719
NUNTIUS
Ad I° Conventum Latinoamericanum de Pastorali Cura pro Familia.
Queridos hermanos:
Me uno de corazón a todos los participantes en este I Congreso lati-
noamericano de Pastoral familiar, organizado por el CELAM, y los felicito
por esta iniciativa a favor de un valor tan querido e importante hoy en
nuestros pueblos.
¿Qué es la familia? Más allá de sus acuciantes problemas y de sus ne-
cesidades perentorias, la familia es un « centro de amor », donde reina la
ley del respeto y de la comunión, capaz de resistir a los embates de la
manipulación y de la dominación de los « centros de poder » mundanos. En
el hogar familiar, la persona se integra natural y armónicamente en un
grupo humano, superando la falsa oposición entre individuo y sociedad.
En el seno de la familia, nadie es descartado: tanto el anciano como el
niño hallan acogida. La cultura del encuentro y el diálogo, la apertura a
la solidaridad y a la trascendencia tienen en ella su cuna.
Por eso, la familia constituye una gran « riqueza social ».1 En este sentido,
quisiera subrayar dos aportes primordiales: la estabilidad y la fecundidad.
Las relaciones basadas en el amor fiel, hasta la muerte, como el matri-
monio, la paternidad, la filiación o la hermandad, se aprenden y se viven
en el núcleo familiar. Cuando estas relaciones forman el tejido básico de
una sociedad humana, le dan cohesión y consistencia. Pues no es posible
formar parte de un pueblo, sentirse prójimo, tener en cuenta a los más
alejados y desfavorecidos, si en el corazón del hombre están fracturadas
estas relaciones básicas, que le ofrecen seguridad en su apertura a los demás.
Además, el amor familiar es fecundo, y no sólo porque engendra nuevas
vidas, sino porque amplía el horizonte de la existencia, genera un mundo
nuevo; nos hace creer, contra toda desesperanza y derrotismo, que una
convivencia basada en el respeto y en la confianza es posible. Frente a
una visión materialista del mundo, la familia no reduce el hombre al estéril
utilitarismo, sino que da cauce a sus deseos más profundos.
1 Cf. Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 44.