Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale568
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale570
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale572
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale574
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale576
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale578
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale580
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale582
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale584
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale586
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale588
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale590
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale592
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale594
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale596
Congregatio de Causis Sanctorum 597
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale598
Congregatio de Causis Sanctorum 599
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale600
Congregatio de Causis Sanctorum 601
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale602
Congregatio de Causis Sanctorum 603
Congregatio de Causis Sanctorum 605
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale606
Congregatio de Causis Sanctorum 607
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale608
Congregatio de Causis Sanctorum 609
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale610
Congregatio de Causis Sanctorum 611
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale612
Congregatio de Causis Sanctorum 613
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale614
Congregatio de Causis Sanctorum 615
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale616
Congregatio de Causis Sanctorum 617
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale618
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale620
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale622
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale624
Congregatio pro Gentium Evangelizatione 625
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale626
Supremum Signaturae Apostolicae Tribunal 627
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale584
to externo, caracterizado por la opinión corriente. A la pregunta de Jesús:
« ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? », los discı́pulos responden:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elı́as, otros que Jeremı́as o uno de los
profetas ». Es decir, se considera a Cristo como un personaje religioso más de
los ya conocidos. Después, dirigiéndose personalmente a los discı́pulos, Jesús
les pregunta: «Y vosotros, ¿quién decı́s que soy yo? ». Pedro responde con lo
que es la primera confesión de fe: « Tú eres el Mesı́as, el Hijo del Dios vivo ».
La fe va más allá de los simples datos empı́ricos o históricos, y es capaz de
captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad.
Pero la fe no es fruto del esfuerzo humano, de su razón, sino que es un don
de Dios: « ¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado
ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos ». Tiene su origen
en la iniciativa de Dios, que nos desvela su intimidad y nos invita a participar
de su misma vida divina. La fe no proporciona solo alguna información sobre
la identidad de Cristo, sino que supone una relación personal con Él, la
adhesión de toda la persona, con su inteligencia, voluntad y sentimientos, a
la manifestación que Dios hace de sı́ mismo. Ası́, la pregunta de Jesús:
«Y vosotros, ¿quién decı́s que soy yo? », en el fondo está impulsando a los
discı́pulos a tomar una decisión personal en relación a Él. Fe y seguimiento
de Cristo están estrechamente relacionados. Y, puesto que supone seguir al
Maestro, la fe tiene que consolidarse y crecer, hacerse más profunda y
madura, a medida que se intensifica y fortalece la relación con Jesús, la
intimidad con Él. También Pedro y los demás apóstoles tuvieron que avanzar
por este camino, hasta que el encuentro con el Señor resucitado les abrió los
ojos a una fe plena.
Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma
pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decı́s que soy yo? ».
Respondedle con generosidad y valentı́a, como corresponde a un corazón
joven como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios
que has dado tu vida por mı́. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar
por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fı́o de ti y pongo mi vida
entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegrı́a que
nunca me abandone.
En su respuesta a la confesión de Pedro, Jesús habla de la Iglesia: «Y yo a
mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia ».
¿Qué significa esto? Jesús construye la Iglesia sobre la roca de la fe de Pedro,
que confiesa la divinidad de Cristo. Sı́, la Iglesia no es una simple institución