956 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
958 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
960 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
962 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
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974 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
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992 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
994 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
996 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
998 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
1000 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1001
1002 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1003
1004 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1005
1006 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1007
1008 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1009
1010 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1011
1012 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1013
1014 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
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NUNTIUS
Occasione Diei Mundialis Alimoniae anno 2013 dicati.*
Al Señor José Graziano da Silva
Director General de la FAO
1. La Jornada Mundial de la Alimentación nos pone ante uno de los
desafíos más serios para la humanidad: el de la trágica condición en la que
viven todavía millones de personas hambrientas y malnutridas, entre ellas
muchos niños. Esto adquiere mayor gravedad aún en un tiempo como el
nuestro, caracterizado por un progreso sin precedentes en diversos campos
de la ciencia y una posibilidad cada vez mayor de comunicación.
Es un escándalo que todavía haya hambre y malnutrición en el mun-
do. No se trata sólo de responder a las emergencias inmediatas, sino de
afrontar juntos, en todos los ámbitos, un problema que interpela nuestra
conciencia personal y social, para lograr una solución justa y duradera. Que
nadie se vea obligado a abandonar su tierra y su propio entorno cultural
por la falta de los medios esenciales de subsistencia. Paradójicamente, en
un momento en que la globalización permite conocer las situaciones de
necesidad en el mundo y multiplicar los intercambios y las relaciones hu-
manas, parece crecer la tendencia al individualismo y al encerrarse en sí
mismos, lo que lleva a una cierta actitud de indiferencia -a nivel personal,
de las instituciones y de los estados- respecto a quien muere de hambre
o padece malnutrición, casi como si se tratara de un hecho ineluctable.
Pero el hambre y la desnutrición nunca pueden ser consideradas un hecho
normal al que hay que acostumbrarse, como si formara parte del sistema.
Algo tiene que cambiar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad, en
nuestras sociedades. ¿Qué podemos hacer? Creo que un paso importante
es abatir con decisión las barreras del individualismo, del encerrarse en sí
mismos, de la esclavitud de la ganancia a toda costa; y esto, no sólo en la
dinámica de las relaciones humanas, sino también en la dinámica económica
y financiera global. Pienso que es necesario, hoy más que nunca, educarnos
en la solidaridad, redescubrir el valor y el significado de esta palabra tan
* Die 16 Octobris 2013.