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Congregatio de Causis Sanctorum 771
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raı́ces y que han provocado muchas vı́ctimas entre tantos Lázaros a los que
no se les permite sentarse a la mesa del rico Epulón.2
Se trata, en definitiva, de asumir una actitud interior de responsabilidad,
capaz de inspirar un estilo de vida distinto, con la sobriedad necesaria en el
comportamiento y el consumo, para favorecer ası́ el bien de la sociedad. Y
que valga también para las generaciones futuras, por su sostenibilidad, tutela
de los bienes de la creación, distribución de los recursos y, sobre todo, el
compromiso concreto por el desarrollo de pueblos y naciones enteras. Por
su parte, los beneficiarios de la cooperación internacional están llamados a
utilizar responsablemente cualquier aportación solidaria « en infraestructuras
rurales, sistemas de riego, transportes, organización de los mercados, forma-
ción y difusión de técnicas agrı́colas apropiadas, capaces de utilizar del mejor
modo los recursos humanos, naturales y socio-económicos, que se puedan
obtener preferiblemente en el propio lugar ».3
4. Todo esto se podrá realizar si las Instituciones internacionales garan-
tizan también su servicio con imparcialidad y eficacia, pero respetando ple-
namente las convicciones más profundas del alma humana y las aspiraciones
de toda persona. En esta perspectiva, la F.A.O. puede contribuir a garantizar
una alimentación adecuada para todos, a reforzar los métodos de cultivo y
comercialización y a proteger los derechos fundamentales de los que trabajan
la tierra, sin olvidar nunca los valores más auténticos que se custodian en el
mundo rural y en los que viven en él.
La Iglesia católica se siente cercana a las Instituciones que se comprome-
ten a garantizar la alimentación. Ella, a través de sus estructuras y agencias
de desarrollo, seguirá acompañándolas activamente en este esfuerzo para que
cada pueblo y comunidad disponga de la seguridad alimentaria necesaria, que
ningún compromiso o negociación, por muy acreditado que sea, podrá ase-
gurar sin una solidaridad real y una fraternidad auténtica.
« Lograr esta meta es tan importante que exige tomarla en consideración
para comprenderla a fondo y movilizarse concretamente con el "corazón",
con el fin de hacer cambiar los procesos económicos y sociales actuales hacia
metas plenamente humanas ».4
2 Cfr Pablo VI, Populorum progressio, 47. 3 Caritas in veritate, 27. 4 Caritas in veritate, 20.