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Congregatio Pro Doctrina Fidei 1291
1292 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1293
1294 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1295
1296 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1297
1298 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1299
1300 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio pro Episcopis 1301
1302 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1252 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a
menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros.
Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid,2 que la cuida y la poda
para que dé más fruto.3 El Padre se preocupa constantemente de nuestra
relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él.4 Nos
mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar
en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.
También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado
y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que
reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de
la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido,
y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo
más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita
estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor. Sin embargo, había
una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera
fe, pero también somos conscientes que nos hemos encerrado en nosotros
mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento
y un lenguaje diferente. El Papa Juan Pablo II decía: « No podemos dejarnos
guiar por el deseo de erigirnos en jueces de la historia, sino únicamente por
el de comprender mejor los acontecimientos y llegar a ser portadores de
la verdad ».5 Dios es el dueño de la viña, que con amor inmenso la cuida y
protege; dejémonos conmover por la mirada de Dios; lo único que desea es
que permanezcamos como sarmientos vivos unidos a su Hijo Jesús. Con esta
nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de
lo que pasó, sino « contar esa historia de manera diferente ».6
Jesús nos recuerda: « Sin mí no podéis hacer nada ».7 Él es quien nos
sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad
cada vez más evidente. Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa
de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer
2 Cf. v. 1. 3 Cf. v. 2. 4 Cf. v. 4. 5 Mensaje al cardenal Johannes Willebrands, Presidente del Secretariado para la Unidad de
los cristianos, 31 octubre 1983. 6 comisión luterano-católico romana sobre la uniDaD, Del conflicto a la comunión, 17 junio
2013, 16. 7 Jn 15, 5.