1196 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1198 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1200 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1202 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1204 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1206 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1208 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1210 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1212 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1214 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1216 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1218 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1220 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1222 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1224 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1226 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1228 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1230 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1232 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1234 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1236 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1238 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1240 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1242 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1244 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1246 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1248 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1250 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1252 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1254 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1256 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1258 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1260 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1262 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1264 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1266 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1268 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1270 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1272 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1274 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1276 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1278 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1280 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1282 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1284 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1286 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
1288 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio Pro Doctrina Fidei 1289
1290 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio Pro Doctrina Fidei 1291
1292 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1293
1294 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1295
1296 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1297
1298 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 1299
1300 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio pro Episcopis 1301
1302 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Acta Francisci Pp. 1255
entre ellos santa María Elisabeth Hesselblad, recientemente canonizada,
y santa Brígida, Brigitta Vadstena, copatrona de Europa. Ellas rezaron y
trabajaron para estrechar lazos de unidad y comunión entre los cristianos.
Un signo muy elocuente es el que sea aquí, en su País, caracterizado por
la convivencia entre poblaciones muy diversas, donde estemos conmemo-
rando conjuntamente el quinto centenario de la Reforma. Los santos logran
cambios gracias a la mansedumbre del corazón. Con ella comprendemos la
grandeza de Dios y lo adoramos con sinceridad; y además es la actitud del
que no tiene nada que perder, porque su única riqueza es Dios.
Las bienaventuranzas son de alguna manera el carné de identidad del
cristiano, que lo identifica como seguidor de Jesús. Estamos llamados a
ser bienaventurados, seguidores de Jesús, afrontando los dolores y angus-
tias de nuestra época con el espíritu y el amor de Jesús. Así, podríamos
señalar nuevas situaciones para vivirlas con el espíritu renovado y siempre
actual: Bienaventurados los que soportan con fe los males que otros les
infligen y perdonan de corazón; bienaventurados los que miran a los ojos
a los descartados y marginados mostrándoles cercanía; bienaventurados los
que reconocen a Dios en cada persona y luchan para que otros también
lo descubran; bienaventurados los que protegen y cuidan la casa común;
bienaventurados los que renuncian al propio bienestar por el bien de otros;
bienaventurados los que rezan y trabajan por la plena comunión de los
cristianos... Todos ellos son portadores de la misericordia y ternura de
Dios, y recibirán ciertamente de él la recompensa merecida.
Queridos hermanos y hermanas, la llamada a la santidad es para todos
y hay que recibirla del Señor con espíritu de fe. Los santos nos alientan
con su vida e su intercesión ante Dios, y nosotros nos necesitamos unos
a otros para hacernos santos. ¡Ayudarnos a hacernos santos! Juntos pida-
mos la gracia de acoger con alegría esta llamada y trabajar unidos para
llevarla a plenitud. A nuestra Madre del cielo, Reina de todos los Santos,
le encomendamos nuestras intenciones y el diálogo en busca de la plena
comunión de todos los cristianos, para que seamos bendecidos en nuestros
esfuerzos y alcancemos la santidad en la unidad.