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movimientos, dos acciones que generan entre sí una red que sostiene la
vida y la esperanza. Nos sostiene de la desesperanza y nos estimula a se-
guir caminando. Una red que va sosteniendo la vida, la de ustedes y la de
sus familias. Vos hablabas de tu madre [ dirigiéndose a la persona que ha
dado su testimonio al principio]. La oración de las madres, la oración de
las esposas, la oración de los hijos, y la de ustedes: eso es una red, que va
llevando adelante la vida.
Porque cuando Jesús entra en la vida, uno no queda detenido en su
pasado sino que comienza a mirar el presente de otra manera, con otra
esperanza. Uno comienza a mirar con otros ojos su propia persona, su
propia realidad. No queda anclado en lo que sucedió, sino que es capaz
de llorar y encontrar ahí la fuerza para volver a empezar. Y si en algún
momento estamos tristes, estamos mal, bajoneados, los invito a mirar el
rostro de Jesús crucificado. En su mirada, todos podemos encontrar espa-
cio. Todos podemos poner junto a Él nuestras heridas, nuestros dolores, así
como también nuestros errores, nuestros pecados, tantas cosas en las que
nos podemos haber equivocado. En las llagas de Jesús encuentran lugar
nuestras llagas. Porque todos estamos llagados, de una u otra manera. Y
llevar nuestras llagas a las llagas de Jesús. ¿Para qué? Para ser curadas,
lavadas, transformadas, resucitadas. El murió por vos, por mí, para darnos
su mano y levantarnos. Charlen, charlen con los curas que vienen, charlen.
Charlen con los hermanos y las hermanas que vienen, charlen. Charlen con
todos los que vienen a hablarles de Jesús. Jesús quiere levantarlos siempre.
Y esta certeza nos moviliza a trabajar por nuestra dignidad. Reclusión
no es lo mismo que exclusión -que quede claro-, porque la reclusión forma
parte de un proceso de reinserción en la sociedad. Son muchos los elemen-
tos que juegan en su contra en este lugar -lo sé bien, y vos mencionaste
algunos con mucha claridad [ dirigiéndose de nuevo a la persona que ha dado
su testimonio al principio]-: el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la
falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia,
la carencia de facilidades de estudios universitarios, lo cual hace necesaria
una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas.
Sin embargo, mientras se lucha por eso, no podemos dar todo por per-
dido. Hay cosas que hoy podemos hacer.