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VI
Iter Apostolicum in Mexicum: Dum Summus Pontifex cum indigena communi- tate Status Chiapas in urbe San Cristóbal de Las Casas Eucharistiam celebrat.*
Li smantal Kajvaltike toj lek - la ley del Señor es perfecta del todo y
reconforta el alma, así comenzaba el salmo que hemos escuchado. La ley
del Señor es perfecta; y el salmista se encarga de enumerar todo lo que
esa ley genera al que la escucha y la sigue: reconforta el alma, hace sabio
al sencillo, alegra el corazón, es luz para alumbrar el camino.
Esa es la ley que el Pueblo de Israel había recibido de mano de Moisés,
una ley que ayudaría al Pueblo de Dios a vivir en la libertad a la que habían
sido llamados. Ley que quería ser luz para sus pasos y acompañar el pere-
grinar de su Pueblo. Un Pueblo que había experimentado la esclavitud y el
despotismo del Faraón, que había experimentado el sufrimiento y el maltrato
hasta que Dios dice basta, hasta que Dios dice: ¡No más! He visto la aflicción,
he oído el clamor, he conocido su angustia.1 Y ahí se manifiesta el rostro
de nuestro Dios, el rostro del Padre que sufre ante el dolor, el maltrato, la
inequidad en la vida de sus hijos; y su Palabra, su ley, se volvía símbolo de
libertad, símbolo de alegría, de sabiduría y de luz. Experiencia, realidad que
encuentra eco en esa expresión que nace de la sabiduría acunada en estas
tierras desde tiempos lejanos, y que reza en el Popol Vuh de la siguiente
manera: El alba sobrevino sobre todas las tribus juntas. La faz de la tierra fue
enseguida saneada por el sol.2 El alba sobrevino para los pueblos que una y
otra vez han caminado en las distintas tinieblas de la historia.
En esta expresión, hay un anhelo de vivir en libertad, hay un anhelo
que tiene sabor a tierra prometida donde la opresión, el maltrato y la
degradación no sean la moneda corriente. En el corazón del hombre y en
la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una
tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la frater-
nidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada
por la paz.
* Die 15 Februarii 2016. 1 Cf. Ex 3, 9. 2 33.