408 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale

las personas que entren, resulte de informes fidedignos ser de óptima fama y de buenas costumbres; que sean acompañadas al lugar, donde han de prestar sus servicios, por dos monjas de las más graves; y que no se permita hablar con tales personas a ninguna monja, fuera de aquellas que han de tratar con las mismas de sus oficios.

IV. Las llaves de la clausura estarán siempre de día y de noche en poder de la Superiora, quien las entregará a las monjas designadas siempre y cuando» fuere menester.

Y si la Superiora o cualquiera otra, sin legítima licencia, introdujera en el monasterio o aunque sólo admitiera, a cualquiera persona que fuere, no solamente cometería pecado mortal, sino que además incurriría por el mismo hecho en excomunión simplemente reservada a la Santa Sede (can. 2342, I o ) .

Las aspirantes al hábito religioso entran en la clausura con licencia del Ordinario. Mas a las niñas no se las puede admitir en el monasterio, por motivo de educación o de otra causa, aunque sea piadosa, sin licencia de la Santa Sede.

V. En el locutorio, donde pueden las Monjas, dentro de los límites prescritos en las Constituciones de cada religión, recibir a personas de fuera, ha de haber dos rejas, distantes entre sí como unos veinte centímetros y clavadas en el muro, de manera que no se puedan abrir. Si lo permiten las Constituciones, puede haber también torno en el locutorio. En todo lo demás que se refiere al locutorio, principalmente en orden a la continua vigilancia sobre lo que allí se hace y se dice, obsérvense con exactitud las Constituciones de cada mo- nasterio.

VI. El velar por la exacta observancia de la clausura de las monjas, aun de las sujetas a los Regulares, corresponde al Ordinario del lugar, quien puede castigar después del delito a los que la infringieren, sin exceptuar a los Regu- lares aun con penas y censuras, y refrenarlos para que no la violen. También al Superior regular corresponde la custodia de la clausura de las monjas que le están sujetas; por lo cual podrá asimismo castigar con penas a las monjas y demás subditos suyos, que faltaren en este punto (can. 603).

Hecha, pues, relación de lo predicho a Nuestro Santísimo Señor Pio X I , Papa por la divina Providencia, en la audiencia concedida al infrascrito P. Se- cretario de la Sagrada Congregación de Religiosos, el dia 6 de febrero de 1924, Su Santitad aprobó la presente Instrucción y mandó que todos la guarden.

Dado en Roma en la Secretaría de la S. Congregación de Religiosos, en el dia, mes y año mencionados.

L. $ S.

C. CARD. LAURENTI, Prefecto

Mauro M. Serafini, Ab. O. S. B., Secretario.