816 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
818 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
820 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
822 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
824 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
826 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
828 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
830 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
832 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
834 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
836 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
838 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
840 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
842 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
844 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
846 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
848 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
850 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
852 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
854 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
856 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
858 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
860 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
862 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
864 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
866 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
868 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
870 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
872 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
874 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
876 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
878 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
880 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
882 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
884 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
886 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
888 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
890 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
892 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
894 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
896 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
898 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
900 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
902 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
904 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
906 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
908 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 909
910 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 911
912 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 913
914 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 915
916 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 917
918 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 919
920 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
922 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
924 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
926 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
928 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
930 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
Acta Francisci Pp. 855
opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima
del hombre, si el beneficio es económico, sobre la humanidad o sobre el
hombre, son efectos de una cultura del descarte que considera al ser humano
en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar.
Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una
nueva dimensión, un matiz gráfico y duro de la injusticia social; los que
no se pueden integrar, los excluidos son desechos, « sobrantes ». Esta es
la cultura del descarte y sobre esto quisiera ampliar algo que no tengo
escrito pero se me ocurre recordarlo ahora. Esto sucede cuando al centro
de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona
humana. Sí, al centro de todo sistema social o económico tiene que estar
la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el denominador del
universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede
esta trastocación de valores.
Y, para graficar, recuerdo una enseñanza de alrededor del año 1200.
Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de babel y
entonces contaba cómo, para construir esta torre de babel, había que hacer
mucho esfuerzo había que fabricar los ladrillos, para fabricar los ladrillos
había que hacer el barro y traer la paja, y amasar el barro con la paja,
después cortarlo en cuadrado, después hacerlo secar, después cocinarlo, y
cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre.
Si se caía un ladrillo, era muy caro el ladrillo con todo este trabajo, si
se caía un ladrillo era casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba caer lo
castigaban o lo suspendían o no sé lo que le hacían, y si caía un obrero no
pasaba nada. Esto es cuando la persona está al servicio del dios dinero y esto
lo contaba un rabino judío en el año 1200 explicaba estas cosas horribles.
Y respecto al descarte también tenemos que ser un poco atentos a lo
que sucede en nuestra sociedad. Estoy repitiendo cosas que he dicho y que
están en la Evangelii Gaudium. Hoy día, se descartan los chicos porque
el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha disminuido o se
descartan los chicos por no tener alimentación o porque se les mata antes
de nacer, descarte de niños.
Se descartan los ancianos, porque, bueno, no sirven, no producen, ni
chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofistica-
dos se les va abandonando lentamente, y ahora, como es necesario en esta
crisis recuperar un cierto equilibrio, estamos asistiendo a un tercer descarte