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904 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
906 Acta Apostolicæ Sedis - Commentarium Officiale
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Congregatio de Causis Sanctorum 911
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Congregatio de Causis Sanctorum 913
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Acta Francisci Pp. 877
gesto « técnico », más o menos eficaz, pero que se termina cuando se acaban
los suministros destinados a tal fin.
Compartir, en cambio, quiere decir hacerse prójimo de todos los hombres,
reconocer la común dignidad, estar atentos a sus necesidades y ayudarlos
a remediarlas, con el mismo espíritu de amor que se vive en una familia.
Ese mismo amor nos lleva a preservar la creación como el bien común más
precioso del que depende, no un abstracto futuro del planeta, sino la vida
de la familia humana, a la que le ha sido confiada. Este cuidado requiere
una educación y una formación capaces de integrar las diversas visiones
culturales, los usos, los modos de trabajo de cada lugar sin sustituirlos en
nombre de una presunta superioridad cultural o técnica.
3. Para vencer el hambre no basta paliar las carencias de los más
desafortunados o socorrer con ayudas y donativos a aquellos que viven
situaciones de emergencia. Es necesario, además, cambiar el paradigma de
las políticas de ayuda y de desarrollo, modificar las reglas internacionales
en materia de producción y comercialización de los productos agrarios,
garantizando a los países en los que la agricultura representa la base de
su economía y supervivencia la autodeterminación de su mercado agrícola.
¿Hasta cuándo se seguirán defendiendo sistemas de producción y de
consumo que excluyen a la mayor parte de la población mundial, incluso
de las migajas que caen de las mesas de los ricos? Ha llegado el momento
de pensar y decidir a partir de cada persona y comunidad, y no desde
la situación de los mercados. En consecuencia, debería cambiar también
el modo de entender el trabajo, los objetivos y la actividad económica,
la producción alimentaria y la protección del ambiente. Quizás ésta es la
única posibilidad de construir un auténtico futuro de paz, que hoy se ve
amenazado también por la inseguridad alimentaria.
Este enfoque, que deja ver una nueva idea de cooperación, debería in-
teresar e implicar a los Estados, a las instituciones y a las organizaciones
de la sociedad civil, así como a las comunidades de creyentes que, con múl-
tiples iniciativas, viven a menudo con los últimos y comparten las mismas
situaciones y privaciones, frustraciones y esperanzas.
Por su parte, la Iglesia católica, a la vez que continúa su actividad
caritativa en los diversos continentes, está dispuesta a ofrecer, iluminar y
acompañar tanto la elaboración de políticas como su actuación concreta,