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898 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
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904 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
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910 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
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922 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
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Congregatio de Causis Sanctorum 927
928 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 929
930 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 931
932 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
934 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
936 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
938 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
940 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
942 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 943
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Congregatio de Causis Sanctorum 945
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Acta Francisci Pp. 879
que el deseo más hermoso del Maestro es que no le tengan miedo a nada.
Chicos y chicas, no le tengan miedo a nada, sean libres de las ataduras
de este mundo y anuncien a todos, a los enfermos, a los ancianos, a los
tristes, que la Iglesia está llorando junto a ellos, y que Jesús es capaz de
darles nueva vida, de resucitarlos.
Quizás les pueda ayudar lo que nos legara el Venerable Padre Félix
Varela: ustedes « son la dulce esperanza de la patria ». ¡Arriesgado el padre-
cito! Pero se lo dice a ustedes, no me lo dice a mí, ustedes son « la dulce
esperanza de la patria ». Para ser portadores de la esperanza, será necesario
que no pierdan esa capacidad de soñar. Recuerden que en la objetividad de
la vida tiene que entrar esa capacidad soñadora, y que quien no tiene la
capacidad de soñar está clausurado en sí mismo (cfr Saludo a los jóvenes
del Centro Cultural « Padre Félix Varela », La Habana, 20 de Septiembre de
2015). Yo añadiría algo más: quien no tiene la capacidad soñadora, ya se
jubiló. Los jóvenes que no tienen esta capacidad de soñar y andar adelante
ya se jubilaron y no sirven ni para papel picado en fiesta de carnaval.
Jóvenes cubanos: ¡Ábranse a cosas grandes! No tengan miedo, no sean
triquisniquis. ¡Sueñen que el mundo con ustedes puede ser distinto! ¡Sueñen
que Cuba con ustedes puede ser distinta y cada día mejor! ¡No se rindan!
En este empeño, es importante, es preciso abrir el corazón y la mente a
la esperanza que da Jesús.
Y nunca olviden que esa esperanza es sufrida; la esperanza sabe sufrir
para llevar a cabo un proyecto, pero tampoco olviden que ella da vida, es
fecunda. Y con esa esperanza no serán estériles, sino que darán vida a los
demás, harán patria, harán Iglesia, harán cosas grandes. ¿Por qué? Porque
la esperanza es convocadora para construir « la amistad social », aunque se
piense diferente. No es necesario que todos piensen igual, no, no, todos
tienen que unirse en la « amistad social », aunque uno piense de otra manera
o tenga otra convicción; pero todos tienen algo común: ese deseo de soñar
y ese amor a la patria. Lo importante, iguales y diferentes, es construir la
« amistad social » con todos; tender puentes, trabajar mancomunados. ¡Ten-
der puentes! Alguno de ustedes me podrá decir: ¿Y cómo puedo yo tender
un puente, si no soy no carpintero, ni ingeniero? Todos podemos tender
puentes, con la palabra, con el deseo, con el corazón. Pero ahora los invito
a ser constructores de un puente humano, del primer puente que se tendió
en la historia: dense la mano, estiren el brazo y dense la mano. ¡Háganlo!