600 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
602 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
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670 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
672 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
674 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
676 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
678 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
680 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
682 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
684 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
686 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
688 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
690 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
692 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
694 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
696 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
698 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
700 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
702 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 703
704 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
706 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Acta Francisci Pp. 683
X
Ad participes Congressionis iudicum et magistratuum adversum mercatum
hominum ac ordinatam criminalitatem.22*
Buenas tardes. Los saludo cordialmente y renuevo la expresión de mi
estima por su colaboración para contribuir al progreso humano y social del
que es capaz la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.
Si me alegro de esta contribución y me complazco con ustedes es tam-
bién en consideración al noble servicio que pueden ofrecer a la humanidad,
ya sea profundizando en el conocimiento de ese fenómeno tan actual, la
indiferencia en el mundo globalizado y sus formas extremas, ya sea en las
soluciones frente a este reto, tratando de mejorar las condiciones de vida
de los más necesitados entre nuestros hermanos y hermanas. Siguiendo a
Cristo, la Iglesia está llamada a comprometerse. O sea, no cabe el adagio de
la Ilustración, según el cual la Iglesia no debe meterse en política, la Iglesia
debe meterse en la gran política porque - cito a Pablo VI - « la política es
una de las formas más altas del amor, de la caridad ». Y la Iglesia también
está llamada a ser fiel con las personas, aun más cuando se consideran las
situaciones donde se tocan las llagas y el sufrimiento dramático, y en las
cuales están implicados los valores, la ética, las ciencias sociales y la fe;
situaciones en las cuales el testimonio de ustedes como personas y huma-
nistas, unido a la competencia social propia, es particularmente apreciado.
En el curso de estos últimos años no han faltado importantes actividades
de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales bajo el vigoroso impulso
de su Presidenta, del Canciller y de algunos colaboradores externos de noto-
rio prestigio, a quienes agradezco de corazón. Actividades en defensa de la
dignidad y libertad de los hombres y mujeres de hoy y, en particular, para
erradicar la trata y el tráfico de personas y las nuevas formas de esclavi-
tud tales como el trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos, el
comercio de la droga, la criminalidad organizada. Como dijo mi predecesor
Benedicto XVI, y lo he afirmado yo mismo en varias ocasiones, éstos son
verdaderos crímenes de lesa humanidad que deben ser reconocidos como
* Die 3 Iunii 2016.