pensiero, che estendo volentieri a quanti sono collegati mediante la radio e la
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pueblos enteros y grupos humanos. Pienso de modo particular en la situación
de los niños -primeras vı́ctimas de esta tragedia-, retrasados a veces en su
desarrollo fı́sico y psı́quico y, en tantas ocasiones, obligados a un trabajo
forzado o alistados entre los grupos armados a cambio de recibir unos pocos
alimentos. A este respecto, pongo mi esperanza en las iniciativas que se han
emprendido a nivel multilateral para favorecer la alimentación escolar y que
permiten a comunidades enteras, cuya supervivencia está amenazada por el
hambre, mirar con mayor confianza hacia su futuro.
Es apremiante, pues, un empeño común y concreto en el que todos los
miembros de la sociedad, tanto en el ámbito individual como internacional, se
sientan comprometidos a cooperar para hacer posible el derecho a la alimen-
tación, cuyo incumplimiento constituye una violación evidente de la dignidad
humana y de los derechos que derivan de ella.
4. El conocimiento de los problemas del mundo agrı́cola y de la inseguri-
dad alimenticia, la capacidad demostrada para proponer planes y programas
de solución, son un mérito fundamental de la FAO y dan testimonio de una
aguda sensibilidad por las aspiraciones de cuantos reclaman condiciones de
vida más humanas. En este momento en el que hay tantos problemas de esta
ı́ndole, aunque también se entrevén nuevas iniciativas que pueden contribuir
a aliviar el drama del hambre, les aliento a ustedes a seguir trabajando para
que se garantice una alimentación que responda a las necesidades actuales y
ası́ cada persona, creada a imagen de Dios, pueda crecer según su verdadera
dimensión humana.
La Iglesia Católica se siente cercana a ustedes en este esfuerzo y, a través
de sus diversas instituciones, desea continuar colaborando para sostener los
anhelos y las esperanzas de aquellas personas y pueblos hacia los cuales se
dirige la acción de la FAO.
Éstas son, Señor Director General, algunas reflexiones que deseo proponer
a la atención de quienes, con diferentes responsabilidades, trabajan para
ofrecer a la familia humana un porvenir libre del drama del hambre, a la
vez que invoco sobre ustedes y sobre sus trabajos la constante bendición del
Altı́simo.
Vaticano, 4 de octubre de 2007.
BENEDICTUS PP. XVI