ACTA BENEDICTI PP. XVI

 pensiero, che estendo volentieri a quanti sono collegati mediante la radio e la

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 11 luglio 2007 Al sig. Remeji Francis Kocheekaranveettil (Alleppey) » » » Al sig. Rosario Pennisi (Acireale) » » » Al sig. P.V. John Puthenpurakal (Al

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Acta Benedicti Pp. XVI 935

pueblos enteros y grupos humanos. Pienso de modo particular en la situación

de los niños -primeras vı́ctimas de esta tragedia-, retrasados a veces en su

desarrollo fı́sico y psı́quico y, en tantas ocasiones, obligados a un trabajo

forzado o alistados entre los grupos armados a cambio de recibir unos pocos

alimentos. A este respecto, pongo mi esperanza en las iniciativas que se han

emprendido a nivel multilateral para favorecer la alimentación escolar y que

permiten a comunidades enteras, cuya supervivencia está amenazada por el

hambre, mirar con mayor confianza hacia su futuro.

Es apremiante, pues, un empeño común y concreto en el que todos los

miembros de la sociedad, tanto en el ámbito individual como internacional, se

sientan comprometidos a cooperar para hacer posible el derecho a la alimen-

tación, cuyo incumplimiento constituye una violación evidente de la dignidad

humana y de los derechos que derivan de ella.

4. El conocimiento de los problemas del mundo agrı́cola y de la inseguri-

dad alimenticia, la capacidad demostrada para proponer planes y programas

de solución, son un mérito fundamental de la FAO y dan testimonio de una

aguda sensibilidad por las aspiraciones de cuantos reclaman condiciones de

vida más humanas. En este momento en el que hay tantos problemas de esta

ı́ndole, aunque también se entrevén nuevas iniciativas que pueden contribuir

a aliviar el drama del hambre, les aliento a ustedes a seguir trabajando para

que se garantice una alimentación que responda a las necesidades actuales y

ası́ cada persona, creada a imagen de Dios, pueda crecer según su verdadera

dimensión humana.

La Iglesia Católica se siente cercana a ustedes en este esfuerzo y, a través

de sus diversas instituciones, desea continuar colaborando para sostener los

anhelos y las esperanzas de aquellas personas y pueblos hacia los cuales se

dirige la acción de la FAO.

Éstas son, Señor Director General, algunas reflexiones que deseo proponer

a la atención de quienes, con diferentes responsabilidades, trabajan para

ofrecer a la familia humana un porvenir libre del drama del hambre, a la

vez que invoco sobre ustedes y sobre sus trabajos la constante bendición del

Altı́simo.

Vaticano, 4 de octubre de 2007.

BENEDICTUS PP. XVI