592 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
594 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
596 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
598 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
600 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
602 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
604 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
606 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
608 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
610 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
612 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
614 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
616 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
618 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
620 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
622 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
624 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
626 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
628 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
630 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
632 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
634 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
636 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
638 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
640 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
642 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
644 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
646 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
648 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
650 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
652 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
654 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
656 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
658 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
660 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
662 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
664 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
666 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
668 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
670 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
672 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
674 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
676 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
678 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
680 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
682 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
684 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
686 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
688 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
690 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
692 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
694 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
696 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
698 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
700 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 701
702 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 703
704 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 705
706 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 707
708 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 709
710 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
Congregatio de Causis Sanctorum 711
712 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
714 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
610 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale
país la pobreza es un problema social al que pueden darse soluciones, en
otros contextos es un problema estructural y no bastan sólo las políticas
sociales para afrontarla. Esta actitud puede cambiar si reponemos en el
corazón de las relaciones internacionales la solidaridad, trasponiéndola del
vocabulario a las opciones de la política: la política del otro. Si todos los
Estados miembros trabajan por el otro, los consensos para la acción de la
FAO no tardarán en llegar y, más aún, se redescubrirá su función originaria,
ese « fiat panis » que figura en su emblema.
Pienso también en la educación de las personas para una correcta dieta
alimenticia. En mis encuentros cotidianos con Obispos de tantas partes del
mundo, con personajes políticos, responsables económicos, académicos, per-
cibo cada vez más que hoy también la educación nutricional tiene diferentes
variantes. Sabemos que en Occidente el problema es el alto consumo y los
residuos. En el Sur, sin embargo, para asegurar el alimento, es necesario
fomentar la producción local que, en muchos países con « hambre crónica »,
es sustituida por remesas provenientes del exterior y tal vez inicialmente a
través de ayudas. Pero las ayudas de emergencia no bastan, y no siempre
llegan a las manos adecuadas. Así se crea dependencia de los grandes pro-
ductores y, si el país carece de los medios económicos necesarios, entonces
la población termina por no alimentarse y el hambre crece.
El cambio climático nos hace pensar también al desplazamiento forzado
de poblaciones y a tantas tragedias humanitarias por falta de recursos,
a partir de agua, que ya es objeto de conflictos, que previsiblemente au-
mentarán. No basta afirmar que hay un derecho al agua sin esforzarse por
lograr un consumo sostenible de este bien y eliminar cualquier derroche.
El agua sigue siendo un símbolo que los ritos de muchas religiones y cul-
turas utilizan para indicar pertenencia, purificación y conversión interior.
A partir de este valor simbólico, la FAO puede contribuir a revisar los
modelos de comportamiento para asegurar, ahora y en el futuro, que todos
puedan tener acceso al agua indispensable para sus necesidades y para las
actividades agrícolas. Viene a la mente aquel pasaje de la Escritura que
invita a no abandonar la « fuente de agua viva para cavarse cisternas, cis-
ternas agrietadas que no retienen agua »: 3 una advertencia para decir que
las soluciones técnicas son inútiles si olvidan la centralidad de la persona
humana, que es la medida de todo derecho.
3 Jr 2, 13.