Tigiuanaënsem, Leonensem, Tulancingensem et Tuxtlensem dioeceses ad gra-
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eclesial, a fin de que sea signo, testimonio y fuerza de comunión para toda la
Iglesia en América Latina.
Esta Conferencia, en continuidad con las cuatro anteriores, está llamada a
dar un renovado impulso a la Evangelización en esa vasta región del mundo
eminentemente católica, en la que vive una gran parte de la comunidad de los
creyentes. Es preciso proclamar ı́ntegro el Mensaje de la Salvación, que llegue
a impregnar las raı́ces de la cultura y se encarne en el momento histórico
latinoamericano actual, para responder mejor a sus necesidades y legı́timas
aspiraciones.
Al mismo tiempo, se ha de reconocer y defender siempre la dignidad de
cada ser humano como criterio fundamental de los proyectos sociales, cultu-
rales y económicos, que ayuden a construir la historia según el designio de
Dios. En efecto, la historia latinoamericana ofrece multitud de testimonios de
hombres y mujeres que han seguido fielmente a Cristo de un modo tan radical
que, llenos de ese fuego divino que lo consume todo, han forjado la identidad
cristiana de sus pueblos. Su vida es un ejemplo y una invitación a seguir sus
pasos.
La Iglesia en América Latina afronta enormes desafı́os: el cambio cultural
generado por una comunicación social que marca los modos de pensar y las
costumbres de millones de personas; los flujos migratorios, con tantas reper-
cusiones en la vida familiar y en la práctica religiosa en los nuevos ambientes;
la reaparición de interrogantes sobre cómo los pueblos han de asumir su
memoria histórica y su futuro democrático; la globalización, el secularismo,
la pobreza creciente y el deterioro ecológico, sobre todo en las grandes ciu-
dades, ası́ como la violencia y el narcotráfico.
Ante todo ello, se ve la necesidad urgente de una nueva Evangelización,
que nos impulse a profundizar en los valores de nuestra fe, para que sean
savia y configuren la identidad de esos amados pueblos que un dı́a recibieron
la luz del Evangelio. Por ello resulta oportuno el tema elegido como guı́a para
las reflexiones de dicha Conferencia: Discı́pulos y misioneros de Jesucristo,
para que nuestros pueblos en Él tengan vida. En efecto, la V Conferencia ha
de fomentar que todo cristiano se convierta en un verdadero discı́pulo de
Jesucristo, enviado por Él como apóstol, y como decı́a el Papa Juan Pablo II,
« no de re-evangelización sino de una evangelización nueva. Nueva en su
ardor, en sus métodos, en su expresión », a fin de que la Buena Noticia