ACTA BENEDICTI PP. XVI

 Tigiuanaënsem, Leonensem, Tulancingensem et Tuxtlensem dioeceses ad gra-

 Acta Benedicti Pp. XVI 59

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale60

 Acta Benedicti Pp. XVI 61

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale62

 Acta Benedicti Pp. XVI 63

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale64

 Acta Benedicti Pp. XVI 65

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale66

 Acta Benedicti Pp. XVI 67

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale68

 Acta Benedicti Pp. XVI 69

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale70

 Acta Benedicti Pp. XVI 71

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale72

 Acta Benedicti Pp. XVI 73

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale74

 Acta Benedicti Pp. XVI 75

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale76

 Acta Benedicti Pp. XVI 77

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale78

 Acta Benedicti Pp. XVI 79

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale80

 Acta Benedicti Pp. XVI 81

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale82

 Acta Benedicti Pp. XVI 83

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale84

 Acta Benedicti Pp. XVI 85

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale86

 Acta Benedicti Pp. XVI 87

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale88

 Acta Benedicti Pp. XVI 89

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale90

 Acta Benedicti Pp. XVI 91

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale92

 Acta Benedicti Pp. XVI 93

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale94

 Congregatio pro Episcopis 95

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale96

 Congregatio pro Gentium Evangelizatione 97

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale98

 Congregatio pro Gentium Evangelizatione 99

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale100

 Diarium Romanae Curiae 101

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale102

 Diarium Romanae Curiae 103

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale104

Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale84

pulos de Jesús: sencillo y alegre, con una fe sólida, arraigada en lo más ı́ntimo

de su corazón y alimentada por la oración y los sacramentos. En efecto, la fe

cristiana se nutre sobre todo de la celebración dominical de la Eucaristı́a, en

la cual se realiza un encuentro comunitario, único y especial con Cristo, con

su vida y su palabra.

El verdadero discı́pulo crece y madura en la familia, en la comunidad

parroquial y diocesana; se convierte en misionero cuando anuncia la persona

de Cristo y su Evangelio en todos los ambientes: la escuela, la economı́a, la

cultura, la polı́tica y los medios de comunicación social. De modo especial, los

frecuentes fenómenos de explotación e injusticia, de corrupción y violencia,

son una llamada apremiante para que los cristianos vivan con coherencia su

fe y se esfuercen por recibir una sólida formación doctrinal y espiritual,

contribuyendo ası́ a la construcción de una sociedad más justa, más humana

y cristiana.

Es un deber importante alentar a los cristianos que, animados por su

espı́ritu de fe y caridad, trabajan incansablemente para ofrecer nuevas

oportunidades a quienes se encuentran en la pobreza o en las zonas perifé-

ricas más abandonadas, para que puedan ser protagonistas activos de su

propio desarrollo, llevándoles un mensaje de fe, de esperanza y de solida-

ridad.

Para terminar, vuelvo al tema de vuestro encuentro de estos dı́as sobre la

familia cristiana, lugar privilegiado para vivir y transmitir la fe y las virtu-

des. En el hogar se custodia el patrimonio de la fe; en él los hijos reciben el

don de la vida, se sienten amados tal como son y aprenden los valores que les

ayudarán a vivir como hijos de Dios. De esta manera, la familia, acogiendo el

don de la vida, se convierte en el ambiente propicio para responder al don de

la vocación,5 especialmente ahora en que se siente tanto la necesidad de que el

Señor envı́e trabajadores a su mies.

Pidamos a Marı́a, modelo de madre en la Sagrada Familia y Madre de la

Iglesia, Estrella de la Evangelización, que guı́e con su intercesión maternal a

las comunidades eclesiales de Latinoamérica y el Caribe, y asista a los parti-

cipantes en la V Conferencia para que encuentren los caminos más apropiados

a fin de que aquellos pueblos tengan vida en Cristo y construyan, en el

5 Cfr Alocución en el Ángelus, Valencia, 8 de julio de 2006.