ACTA BENEDICTI PP. XVI

 Tigiuanaënsem, Leonensem, Tulancingensem et Tuxtlensem dioeceses ad gra-

 Acta Benedicti Pp. XVI 59

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale60

 Acta Benedicti Pp. XVI 61

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale62

 Acta Benedicti Pp. XVI 63

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale64

 Acta Benedicti Pp. XVI 65

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale66

 Acta Benedicti Pp. XVI 67

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale68

 Acta Benedicti Pp. XVI 69

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale70

 Acta Benedicti Pp. XVI 71

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale72

 Acta Benedicti Pp. XVI 73

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale74

 Acta Benedicti Pp. XVI 75

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale76

 Acta Benedicti Pp. XVI 77

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale78

 Acta Benedicti Pp. XVI 79

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale80

 Acta Benedicti Pp. XVI 81

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale82

 Acta Benedicti Pp. XVI 83

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale84

 Acta Benedicti Pp. XVI 85

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale86

 Acta Benedicti Pp. XVI 87

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale88

 Acta Benedicti Pp. XVI 89

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale90

 Acta Benedicti Pp. XVI 91

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale92

 Acta Benedicti Pp. XVI 93

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale94

 Congregatio pro Episcopis 95

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale96

 Congregatio pro Gentium Evangelizatione 97

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale98

 Congregatio pro Gentium Evangelizatione 99

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale100

 Diarium Romanae Curiae 101

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale102

 Diarium Romanae Curiae 103

 Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale104

Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale82

eclesial, a fin de que sea signo, testimonio y fuerza de comunión para toda la

Iglesia en América Latina.

Esta Conferencia, en continuidad con las cuatro anteriores, está llamada a

dar un renovado impulso a la Evangelización en esa vasta región del mundo

eminentemente católica, en la que vive una gran parte de la comunidad de los

creyentes. Es preciso proclamar ı́ntegro el Mensaje de la Salvación, que llegue

a impregnar las raı́ces de la cultura y se encarne en el momento histórico

latinoamericano actual, para responder mejor a sus necesidades y legı́timas

aspiraciones.

Al mismo tiempo, se ha de reconocer y defender siempre la dignidad de

cada ser humano como criterio fundamental de los proyectos sociales, cultu-

rales y económicos, que ayuden a construir la historia según el designio de

Dios. En efecto, la historia latinoamericana ofrece multitud de testimonios de

hombres y mujeres que han seguido fielmente a Cristo de un modo tan radical

que, llenos de ese fuego divino que lo consume todo, han forjado la identidad

cristiana de sus pueblos. Su vida es un ejemplo y una invitación a seguir sus

pasos.

La Iglesia en América Latina afronta enormes desafı́os: el cambio cultural

generado por una comunicación social que marca los modos de pensar y las

costumbres de millones de personas; los flujos migratorios, con tantas reper-

cusiones en la vida familiar y en la práctica religiosa en los nuevos ambientes;

la reaparición de interrogantes sobre cómo los pueblos han de asumir su

memoria histórica y su futuro democrático; la globalización, el secularismo,

la pobreza creciente y el deterioro ecológico, sobre todo en las grandes ciu-

dades, ası́ como la violencia y el narcotráfico.

Ante todo ello, se ve la necesidad urgente de una nueva Evangelización,

que nos impulse a profundizar en los valores de nuestra fe, para que sean

savia y configuren la identidad de esos amados pueblos que un dı́a recibieron

la luz del Evangelio. Por ello resulta oportuno el tema elegido como guı́a para

las reflexiones de dicha Conferencia: Discı́pulos y misioneros de Jesucristo,

para que nuestros pueblos en Él tengan vida. En efecto, la V Conferencia ha

de fomentar que todo cristiano se convierta en un verdadero discı́pulo de

Jesucristo, enviado por Él como apóstol, y como decı́a el Papa Juan Pablo II,

« no de re-evangelización sino de una evangelización nueva. Nueva en su

ardor, en sus métodos, en su expresión », a fin de que la Buena Noticia