Tigiuanaënsem, Leonensem, Tulancingensem et Tuxtlensem dioeceses ad gra-
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pulos de Jesús: sencillo y alegre, con una fe sólida, arraigada en lo más ı́ntimo
de su corazón y alimentada por la oración y los sacramentos. En efecto, la fe
cristiana se nutre sobre todo de la celebración dominical de la Eucaristı́a, en
la cual se realiza un encuentro comunitario, único y especial con Cristo, con
su vida y su palabra.
El verdadero discı́pulo crece y madura en la familia, en la comunidad
parroquial y diocesana; se convierte en misionero cuando anuncia la persona
de Cristo y su Evangelio en todos los ambientes: la escuela, la economı́a, la
cultura, la polı́tica y los medios de comunicación social. De modo especial, los
frecuentes fenómenos de explotación e injusticia, de corrupción y violencia,
son una llamada apremiante para que los cristianos vivan con coherencia su
fe y se esfuercen por recibir una sólida formación doctrinal y espiritual,
contribuyendo ası́ a la construcción de una sociedad más justa, más humana
y cristiana.
Es un deber importante alentar a los cristianos que, animados por su
espı́ritu de fe y caridad, trabajan incansablemente para ofrecer nuevas
oportunidades a quienes se encuentran en la pobreza o en las zonas perifé-
ricas más abandonadas, para que puedan ser protagonistas activos de su
propio desarrollo, llevándoles un mensaje de fe, de esperanza y de solida-
ridad.
Para terminar, vuelvo al tema de vuestro encuentro de estos dı́as sobre la
familia cristiana, lugar privilegiado para vivir y transmitir la fe y las virtu-
des. En el hogar se custodia el patrimonio de la fe; en él los hijos reciben el
don de la vida, se sienten amados tal como son y aprenden los valores que les
ayudarán a vivir como hijos de Dios. De esta manera, la familia, acogiendo el
don de la vida, se convierte en el ambiente propicio para responder al don de
la vocación,5 especialmente ahora en que se siente tanto la necesidad de que el
Señor envı́e trabajadores a su mies.
Pidamos a Marı́a, modelo de madre en la Sagrada Familia y Madre de la
Iglesia, Estrella de la Evangelización, que guı́e con su intercesión maternal a
las comunidades eclesiales de Latinoamérica y el Caribe, y asista a los parti-
cipantes en la V Conferencia para que encuentren los caminos más apropiados
a fin de que aquellos pueblos tengan vida en Cristo y construyan, en el
5 Cfr Alocución en el Ángelus, Valencia, 8 de julio de 2006.