An. et vol. CIV 5 Octobris 2012 N. 10
Index huius fasciculi (An. CIV, N. 10 - 5 Octobris 2012)
LIBRERIA EDITRICE VATICANA 00120 CITTÀ DEL VATICANO
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Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale752
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale754
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale756
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale758
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale760
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale762
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale764
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale766
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale768
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale770
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale772
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale774
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale776
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale778
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale780
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale782
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale784
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale786
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale788
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale790
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale792
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale794
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale796
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale798
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale800
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale802
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale804
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale806
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale808
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale810
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale812
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale814
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale816
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale818
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale820
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale822
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale824
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale826
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale828
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale830
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale832
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale834
Congregatio de Causis Sanctorum 835
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale836
Congregatio de Causis Sanctorum 837
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale838
Congregatio de Causis Sanctorum 839
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale840
Congregatio de Causis Sanctorum 841
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale842
Congregatio de Causis Sanctorum 843
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale844
Congregatio de Causis Sanctorum 845
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale846
Congregatio de Causis Sanctorum 847
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale848
Congregatio de Causis Sanctorum 849
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale850
Congregatio de Causis Sanctorum 851
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale852
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale854
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale856
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale858
Acta Benedicti Pp. XVI 831
Con vivos sentimientos de cercanı́a a esos pueblos, me uno de buen grado
a cuantos, alentados por los mensajes de mis predecesores en la Cátedra de
san Pedro, están llevando a cabo una benemérita obra en su favor, ven con
gozo las gracias que cada dı́a comparten con ellos y se empeñan con valentı́a
en seguir acompañándolos con miras a la construcción de un futuro luminoso
y esperanzador para todos.
En este quehacer nos sirven de modelo el arrojo apostólico de insignes
obispos, como Toribio de Mogrovejo o Ezequiel Moreno, la caridad sin fisuras
de religiosos como Roque González de Santa Cruz o Laura Montoya, y la
sencillez y humildad de laicos tan ejemplares como Ceferino Namuncurá o
Juan Diego Cuauhtlatoatzin. No podemos olvidar tampoco las numerosas
congregaciones e institutos de vida religiosa que nacieron en el continente
americano para afrontar los desafı́os de esta misión. Y cómo no recordar en
este mismo contexto el testimonio preclaro y las significativas obras apostó-
licas emprendidas por tantos hombres y mujeres que, con gran espı́ritu de
comunión y colaboración eclesial, se entregaron denodadamente a llevar a
estas gentes el nombre de Jesucristo, valorando aquello que les es propio,
para que en el Evangelio descubrieran la vida en plenitud a la que siempre
habı́an tendido.
Deseo exhortar a todos a considerar esta efeméride como un momento
propicio para dar un nuevo impulso a la proclamación del Evangelio entre
estos queridos hermanos nuestros, incrementando el espı́ritu de mutua
comprensión, de servicio solidario y de respeto recı́proco. Al abrirse a Cristo,
ellos no sufren detrimento alguno en sus virtudes y cualidades naturales,
antes bien la obra redentora las vigoriza, purifica y consolida. En su divino
Corazón, podrán encontrar una fuente viva de esperanza, fuerzas para afron-
tar con tenacidad los retos que tienen planteados, consuelo en medio de sus
dificultades e inspiración para descubrir los caminos de superación y eleva-
ción que están llamados a transitar. Al anunciarles el mensaje salvador,
la Iglesia sigue el mandato de su Fundador, y en él se fundamenta para
secundar los genuinos anhelos de estos pueblos, a menudo truncados por la
frecuente falta de respeto hacia sus costumbres, ası́ como por escenarios de
migración forzada, violencia inicua o serios obstáculos para defender sus
reservas naturales.
Con hondo amor hacia todos, y en consonancia con la doctrina social de la
Iglesia, invito a escuchar sin prejuicios la voz de estos hermanos nuestros, a
favorecer un verdadero conocimiento de su historia e idiosincrasia, ası́ como a