Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale556
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale558
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale560
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale562
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale564
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale566
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale568
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale570
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale572
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale574
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale576
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale578
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale580
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale582
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale584
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale586
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale588
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale590
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale592
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale594
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale596
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale598
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale600
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale602
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale604
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale606
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale608
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale610
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale612
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale614
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale616
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale618
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale620
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale622
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale624
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale626
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale628
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale630
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale632
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale634
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale636
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale638
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale640
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale642
Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum 643
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale644
Acta Apostolicae Sedis - Commentarium Officiale646
Acta Francisci Pp. 615
problemas ligados a la seguridad, a demasiados conflictos abiertos, al cambio
climático, a la conservación de la diversidad biológica. Todas estas son situa-
ciones que requieren un compromiso renovado de la FAO para hacer frente a
los múltiples problemas del mundo agrı́cola y de cuantos viven y trabajan en
zonas rurales.
Las iniciativas y las soluciones posibles son muchas y no se limitan
al aumento de la producción. Es bien sabido que la producción actual es
suficiente y, sin embargo, hay millones de personas que sufren y mueren
de hambre: esto, queridos amigos, constituye un verdadero escándalo. Es
necesario, pues, encontrar la manera de que todos puedan beneficiarse de
los frutos de la tierra, no sólo para evitar que aumente la diferencia entre
los que más tienen y los que tienen que conformarse con las migajas, sino
también, y sobre todo, por una exigencia de justicia, equidad y respeto a todo
ser humano.
2. Creo que el sentido de nuestro encuentro es el de compartir la idea de
que se puede y se debe hacer algo más para dar vigor a la acción internacional
en favor de los pobres, no sólo armados de buena voluntad o, lo que es peor,
de promesas que a menudo no se han mantenido. Tampoco se puede seguir
aduciendo como álibi, un álibi cotidiano, la crisis global actual, de la que, por
otro lado, no se podrá salir completamente hasta que no se consideren las
situaciones y condiciones de vida a la luz de la dimensión de la persona
humana y de su dignidad.
La persona y la dignidad humana corren el riesgo de convertirse en una
abstracción ante cuestiones como el uso de la fuerza, la guerra, la desnutri-
ción, la marginación, la violencia, la violación de las libertades fundamentales
o la especulación financiera, que en este momento condiciona el precio de los
alimentos, tratándolos como cualquier otra mercancı́a y olvidando su destino
primario. Nuestro cometido consiste en proponer de nuevo, en el contexto
internacional actual, la persona y la dignidad humana no como un simple
reclamo, sino más bien como los pilares sobre los cuales construir reglas
compartidas y estructuras que, superando el pragmatismo o el mero dato
técnico, sean capaces de eliminar las divisiones y colmar las diferencias exis-
tentes. En este sentido, es necesario contraponerse a los intereses económicos
miopes y a la lógica del poder de unos pocos, que excluyen a la mayorı́a de la
población mundial y generan pobreza y marginación, causando disgregación