acta apostolicae sedis c o m m e n t a r i u m o f f i c i a l e
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Acta Francisci Pp. 179
prepararon esto. Y me gusta porque esto crea un espacio antropológico,
una visión antropológica de la evangelización, una base antropológica. Si
hay una emergencia educativa para la transmisión de la fe, es como tratar
el tema de la catequesis a la juventud desde una perspectiva diríamos de
teología fundamental. es decir, cuáles son los presupuestos antropológicos
que hay hoy día en la transmisión de la fe que hacen que para la juventud
de américa latina esto sea emergencia educativa. Y por eso creo que hay
que ser repetitivo y volver a las grandes pautas de la educación.
Y la primera pauta de la educación es que educar - lo hemos dicho, en
la misma comisión, una vez lo hemos dicho - no es solamente transmitir
conocimientos, contenidos, sino que implica otras dimensiones. transmitir
contenidos, hábitos y valoraciones, los tres juntos.
Para poder transmitir la fe hay que crear el hábito de una conducta,
hay que crear la recepción de valores que la preparen y la hagan crecer,
y hay que dar contenidos básicos. Si solamente queremos transmitir la fe
con contenidos, será una cosa superficial o ideológica que no va a tener
raíces. la transmisión tiene que ser de contenidos con valores, valoraciones
y hábitos, hábitos de conducta. los antiguos propósitos de nuestros confe-
sores cuando éramos chicos: « bueno, en esta semana vos hacé esto, esto y
esto… », y nos iban creando un hábito de conducta. Y no sólo el contenido
sino los valores, o sea que en ese marco la transmisión de la fe tiene que
moverse. tres pilares.
otra cosa que es importante para la juventud, transmitir a la juventud,
a los chicos también, pero sobretodo a la juventud, es el buen manejo de
la utopía. nosotros en américa latina hemos tenido la experiencia de
un manejo no del todo equilibrado de la utopía y que en algún lugar, en
algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó. al menos
en el caso de argentina podemos decir cuántos muchachos de la acción
católica, por una mala educación de la utopía, terminaron en la guerrilla
de los años '70. Saber manejar la utopía, saber conducir - manejar es una
mala palabra -, saber conducir y ayudar a crecer la utopía de un joven es
una riqueza. un joven sin utopías es un viejo adelantado, envejeció antes de
tiempo. ¿cómo hago para que esta ilusión que tiene el chico, esta utopía, lo
lleve al encuentro con Jesucristo? es todo un paso que hay que ir haciendo.